Un coronel de la Policía deberá dar la cara por la tragedia de Tumaco
Hace una semana, el pasado 28 de septiembre, desembarcaron en el Alto Mira de Llorente, municipio de Tumaco, cerca de mil hombres de las Fuerzas Militares. Eran cinco batallones del Ejército y dos comandos de la Policía con la orden de iniciar la erradicación, a como diera lugar, en la zona de mayor producción de coca del país.
El 4 de marzo más de mil de familias habían firmado el pacto de erradicación voluntaria para acogerse el plan de sustitución nacional, liderado desde la presidencia por Eduardo Diaz, adscrito a la oficina del Alto Consejero para el Posconflicto Rafael Pardo. Estos pactos forman parte del punto 4 del Acuerdo firmado en La Habana entre el Farc y el gobierno Santos. Un mes después, en abril, los mismos campesinos se comprometieron con fechas precisas a erradicar con sus propias manos la coca cuando el gobierno iniciara el desembolso de los recursos para los proyectos productivos. Pero la plata nunca llegó a Tumaco. En cambio, sí una Fuerza Pública dispuesta a enfrentar a los cultivadores de coca.
Los cocaleros de la zona de Llorente son en su mayoría pequeños cultivadores de origen indígena, afro o mestizo que insisten en dar la pelea por lograr compensar económicamente y con apoyo del gobierno las siembras de coca. Pero entre ellos también hay quienes le responden a narcos con cultivos industriales a quienes no les interesa la sustitución. En sus acciones en el territorio, las Fuerzas Militares no han logrado hacer la diferenciación y responder de manera uniforme frente a todos los cultivadores.
Los responsables en el área rural de Tumaco para enfrentar el tema de cultivos ilícitos son el Brigadier General Sergio Alberto Tafur— Comandante de la Fuerza de Tarea Pegaso del Ejército— y el Teniente Coronel Arlex de Jesús Escobar —Comandante de la Compañía Antinarcóticos Regional 4 de la Policía—.
Los campesinos, más de mil, se reunieron ese mismo 28 de septiembre para oponerse a la erradicación forzada con manifestaciones y protestas pacíficas. Respetando la regla de oro para evitar provocaciones violentas, formaba cadenas humanas para impedir el avance hacia las zonas cultivadas. “Nos cogieron a quemarropa. Ojalá las pruebas salgan reales y vean que casi todos los tiros fueron por la espalda”, cuenta uno de los campesinos.
Desde el 28 de septiembre, todas las mañanas se reunían para evaluar qué iban a hacer en la protesta. Los puntos principales de reunión eran en las veredas de las Brisas y Puerto Rico. Ayer, 5 de octubre, tenían cita a las 11 de la mañana para negociar con las autoridades. No obstante, llegaron antes y a las 10:20 de la mañana estalló el caos.
El Ejército y la Policía Antinarcóticos tenían posiciones distintas frente al manejo de la protesta de los cocaleros. Los primeros más controlados frente a unos antinarcóticos dispuestos a todo. Las tropas del Ejército intentaban contener a una Policía antinarcóticos en cabeza del representante del coronel Alex Escobar en el terreno, cuyo nombre aún no se ha identificado, que empezó a disparar. Los soldados pedían literalmente a gritos que suspendieran los ataques violentos a la manifestación. Los policías no hicieron caso y continuaron con los disparos. En los videos se ve claramente cómo los soldados tuvieron que quedarse ayudando a la comunidad, poniendo suero y encamillando a los heridos.
El comunicado de prensa conjunto de las Fuerzas Militares habla de otro escenario completamente distinto. Han sostenido que no solo estaban las disidencias del frente Daniel Aldana, lideradas por alias Guacho, sino que dicen que en el lugar donde estaban reunidos campesinos, soldados y policías cayeron cinco cilindros bombas, y que por eso la policía tuvo que responder con el fuego del fusil. Es la misma versión que Rodrigo Rivera, Ministro de Interior, sostuvo en las entrevista y dijo que las disidencias no solo habían convocado las protestas, sino que luego habían sido las mismas disidencias las que atacaron a los campesinos.
La gente empezó a caer. Las juntas veredales de la zona hicieron pública una nota con los nombres de quince pobladores asesinados; dan cuenta de 50 heridos. Las Fuerzas militares, quienes atribuyen el trágico incidente a la disidencia del Frente Daniel Aldana de las Farc, no han dado cifra ni nombres de muertos.
Funcionarios del CTI y Medicina legal se desplazaron desde Cali a Tumaco a intentar esclarecer los hechos.
Oficiales de la Policía Antinarcóticos justifican la reacción violenta como respuesta a cinco supuestos cilindros bomba lanzados por el grupo de alias Guacho. Sin embargo no se registran heridos de las Fuerzas Militar ni reporte de campesino con huellas de esquirlas o residuos de materiales explosivos.
El partido Fuerza Revolucionaria Alternativa del Común (FARC) tiene presencia en la zona cerca a La Variante. Esta es la que fuera la zona veredal donde Romaña ha iniciado programas de proyectos productivos. Desde allí se han prestado los primeros auxilios y junto con soldados del Ejército han incluso colaborado con la evacuación de heridos —se reportan más de 50— por tierra y en helicóptero.
En la mañana de este viernes se reunió un Consejo de Seguridad en la Marina de Tumaco presidido por el alcalde Julio Rivera, el teniente Coronel Arlex de Jesús Escobar en representación de la Policía Antinarcóticos, el jefe de la Fuerza de Tarea Pegaso el General Sergio Alberto Tafur y con la participación de representantes de Coordinadora de cultivadores municipal de de coca, marihuana y amapola (Coccam), comités de derechos humanos y los presidentes de Juntas de Acción Comunal de las veredas de la zona. Sin embargo, no se presentaron algunos líderes sociales por las complicaciones de transporte, pero además porque no confían que puedan responsabilizar a los que consideran responsables.
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